miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ensayo

INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

Módulo Investigación


La ética, un eslabón perdido en la sociedad contemporánea


Alumna: Antonia Martínez González


Grupo: 02


Sede: Atlacomulco


Tutor: Ma. Trinidad Cerecedo Mercado



Agosto de 2008.

La ética, un eslabón perdido en la sociedad contemporánea

La familia y la ética
La ética como parte de una competencia esencial del individuo, representa una coexistencia de justicia, respeto, solidaridad y tolerancia en la sociedad. Desde luego si se practica como tal, pero sino, da igual que esté presente porque se hace caso omiso del término, sobre todo sino se tiene principios morales desde el seno familiar, obviamente no hay razón de ser en el ser.
La ética desde su principio histórico ha tenido procesos importantes desde el momento mismo en que los grupos sociales fueron proliferando y conformándose en pequeñas colonias, comunidades, regiones, estados, etc. Y en esa colectividad y convivencia se vieron en la necesidad de “regular la conducta de los individuos entre si” (Sánchez, 1999, p. 39).
Se consideró la necesidad de regirse por normas para tener la posibilidad de un diálogo permanente y evitar conflictos entre los individuos viviendo en armonía y solidaridad, que de alguna forma implicaba una convivencia con respeto a la diversidad de ideas, pensamientos y actuar en el contexto donde se desenvuelven.
En la familia, ¿cómo se da éste proceso ético? Considero que éste ambiente es una de las bases esenciales para vivir en armonía con el mundo natural y social; porque en él, el niño inicia el desarrollo de sus competencias con respecto a éstos valores, en el se aprende a conducirse como sus padres lo hacen, si viven en una familia conflictiva, también aprenden a vivir en violencia y su comportamiento en la sociedad es poco tolerante. Si vive en armonía también su forma de actuar es con esas características.
Piaget (2004) lo precisa en las etapas de desarrollo, (adaptación, cuando el niño maneja la información lo que ya saben, asimilación toma la información y lo incorpora a su nueva estructura, acomodación cuando es capaz de cambiar su estructura cognoscitiva ya existente y equilibrio cuando alcanza el balance estable) es decir el esquema del niño es un patrón organizado de conducta que utiliza para pensar acerca de una situación y actuar en ella. A medida que los niños adquieren más información, sus esquemas se vuelven más complejos. (p.39)
Por ende al estar cerca de sus padres, aprende a actuar con base a los patrones de conducta que estos practican. Así también conforme va creciendo física y psicológicamente, el va adquiriendo disciplinas de comportamiento, normas y/o reglas que los padres van comentando o ejemplificando, el de comer a ciertos horarios, aseo e higiene personal, horarios para dormir y el rol de conducta que debe tener al dirigirse con sus abuelos, a la gente adulta y a todos los individuos que lo rodea.
El seno familiar es el elemento sustantivo para tener la competencia de la ética, porque es el primer contacto directo con la persona del individuo, es el pilar principal para la apropiación de conciencia interna para actuar en lo externo; en un primer momento tal vez lo hará por imitación, pero posteriormente serán hábitos que difícilmente se borrará muy a pesar de las nuevas interacciones que tenga.

La influencia de las sectas religiosas en la ética del individuo
Las sectas religiosas como parte de la misma formación ética, juega también un papel muy importante en las competencias morales del individuo, en la práctica se adquieren valores sustantivos para regirse en la sociedad de manera correcta, porque sus preceptos señalan aspectos interesantes sobre las consignas conductuales y acorde supuestamente a las exigencias de los grupos sociales.
Las reglas o enseñanzas son buenas, pero cuando tergiversan estas leyes religiosas para que el ser humano actúe solo por interés de ganarse el paraíso, y no vivir en pacificidad con el prójimo, pierde sentido el propósito, la creencia y fe a la divinidad alimenta el espíritu y de alguna manera estimula los pensamientos a dirigirse con justicia, más las direcciones negativas no ayudan a cumplir la meta, aún sabedores que “los preceptos o imperativos morales es una garantía del fundamento absoluto de Dios” Sánchez, 1999, p. 86). Para vivir en paz con la conciencia y obviamente con la misma sociedad.
Los preceptos bíblicos son consignas precisas para un sendero de calidad, pero algunas sectas lo utilizan de acuerdo a las conveniencias hegemónicas, coartan la libertad de pensamiento del niño, y de paso provocan una desestabilidad emocional e incertidumbre en el mismo grupo, ejemplo; son capaces de dejar morir al padre, hermano u otro prójimo, por atender a la religión; el niño tiene conflictos internos al no saber si debe o no aceptar las reglas educativas u obedecer las líneas de su iglesia, si lo hace se gana la sanción de los padres y sino el de los educadores; ¿Qué hacer?.
El pequeño, al confrontar estas ideas paradójicas, su primera reacción es ocultar sus acciones con una mentira, por un lado practica las normas de la escuela y por el otro también cumple con su iglesia sin decirle a sus padres la verdad, sólo cuando están presentes simula estar ajeno a la celebración o evento cívico.
Otra aspecto que se observa en la práctica religiosa de manera significativa, es precisamente el imperativo de las clases sociales, el tener el recurso económico suficiente, es más devota (o) y el que carece de ella no lo es, la razón, no tiene con que pagar ciertas absoluciones de sus pecados, lo malo no es eso, sino la actitud que se muestra ante el grupo de párvulos que asisten a las clases cristianas, quienes al tener una relación directa con este escenario sus esquemas se van modificando de acuerdo a la interpretación que van asimilando, el de la discriminación y falta de equidad.
Los preceptos religiosos no tienen nada de malo, lo malo es de quienes le dan otro sentido.
La ética es una buena disciplina, pero es pertinente que su práctica sea con conciencia, para que los grupos diversos que conforman las distintas élites vivan en una constante comunicación desde un punto de vista respetuoso, cordial, tolerantes y de armonía en la interrelación diaria, así mismo, “incluir el derecho de las minorías y contestatarios a la existencia y a la expresión….para proteger la diversidad de las especies….opiniones, fuentes de información, para salvar la vida democrática” (Morín, 1999).
Por ello, es oportuno que las personas que encauzan ciertas normas de vida, hagan una autoevaluación en relación a la actitud que muestran ante el grupo que guía, para que haya una transformación conductual relevante y desde luego cumplir con la misma responsabilidad, porque no es lo mismo decir que hacer, ya lo citaba un refrán muy conocido “la palabra convence pero el ejemplo arrastra”.

Causas y consecuencias de la ética en el individuo
Las actitudes de nuestros jóvenes en la era contemporánea son tan elocuentes que dista mucho de una sociedad pacífica, a nadie se le puede alzar un poco la voz, porque inmediatamente la ira se hace presente, las agresiones son tan usuales que a veces ya es normal ver que un chico o chica agreda al otro sin que se conozca un motivo significativo. En los antros, discos, asisten grupos de muchachos (niños-jóvenes) que fuman, beben y hasta drogas consumen a su libre albedrío y no pasa nada, a menos que alguno tenga consecuencias graves en su persona, entonces los padres con indignación defienden a sus vástagos, no aceptan que unos hijos tan pacíficos, buenos mozuelos y estudiosos hayan provocado tales problemas.
Hoy no podemos caminar con tranquilidad en las calles, sin la incertidumbre de ser agredidos de un momento a otro, como tampoco podemos comprar un material original sobre música, ropa, calzado, electrónico, etc., sin el temor de que estos objetos en un tiempo determinado se vuelvan inservibles e incluso no sabemos con exactitud si los escritos que leemos en estos momentos sean inéditas o son plagiadas por el autor; primero porque no tenemos la cultura de la ética y segundo porque nuestra familia, religión y sociedad han contribuido en que exista este tipo de comportamientos.
Existen reglas, normas y leyes que deben de regular la conducta humana, sin embargo no se respetan, la misma sociedad infringe en ellos, llámese política, religión y familia. Ejemplo en la familia, papá le dicen al chico que no mienta pero el mismo contribuye a que lo haga, cuando le dice, si viene x o y persona dile que no estoy, en la política, les prometo aumentarles el salario pero no dice de quién, en la iglesia si das un poco más del diezmo Dios te dará el doble, aún no lo ha hecho, tal vez se le olvidó que aporté más, cómo somos tantos.
Son tantas incongruencias que existen, que al final el individuo hace caso omiso de estas reglas y realiza lo que considera que está bien, o mal de todas maneras a quien le va a rendir cuentas si todos están en ese tenor, unos por costumbre, otros por capricho y los últimos por una orden pero muy a regañadientes.
Aunque se precisa un poco, las órdenes a estas alturas ya no funcionan, lo harán mientras están pequeños, pero conforme van creciendo y se van formando en los distintos ámbitos, es difícil cambiar sus paradigmas, sobre todo si no se quiere como sujeto, es tan complejo comprender las conductas, si la familia es de una clase social alta, tiene el recurso necesario para ser educado y ser culto, pero no siempre resulta, si es pobre económicamente hablando, también tiene sus altibajos, será que Savater tiene razón al decir que “no es lo mismo procesar información que comprender significados. Ni mucho menos es igual que participar en la transformación de los significados o en la creación de otros nuevos.” (1997. P. 37).
Las causas podrían ser tantas y las consecuencias más, pero de que tenemos que realizar una autoreflexión de nuestra actitud como adultos hacía la población infantil debería de ser imperativo, la ausencia de una ética en ellos es motivo de autoanálisis y de conciencia en nosotros como grupo social. Permanecer en la quietud es cómo estar en un cuarto en completa obscuridad, no se sabe que hay en ella, pero se observa figuras amorfas, de las cuales no se sabe si tienen vida o no pero están presentes ante nosotros..
Para que haya una sociedad con nuevos paradigmas inherentes a la disciplina de la ética, es necesario que todos participemos en el desarrollo de las competencias en valores, desde el seno familiar, hacer lo que cada uno le corresponde, los padres al pequeño, la religión y la política a la sociedad y desde luego la escuela que no está exento de este propósito.


La escuela, un espacio de formación cívica y ética
La escuela es un espacio todavía más importante en la formación del individuo, referente a la ética, porque en ella emana de forma directa el ejercicio de valores a través de la participación del docente. Éste es un lugar donde se presta para que los alumnos construyan conocimientos y los ejercite en la convivencia con los demás; por eso es necesario que el docente como parte de este compromiso asuma su papel como tal y accione en los alumnos principios de valores, desde luego iniciando desde la propia actitud del mismo educador.
Es cierto que el trabajo es doblemente mayor, debido a que los medios de comunicación masiva están presentes de manera permanente; pero “•a la escuela básica le corresponde realizar tareas específicas para lograr que los alumnos comprendan y asuman como principios de sus acciones y de sus relaciones con los demás” (Cardoso, 2006. p. 23).
Además esto no es un capricho o rutina que se debe de repetir porque se les pide que así sea, sino que es una capacidad que debemos de tener para comprender y ser comprendido en la convivencia social.
También no es una imposición, porque si se da como tal, el descontento se generalizaría y no es conveniente tener un grupo de individuos con esas características, porque accionarían las actividades por una orden más no por un gusto.
Savater (1991) en su escrito de Ética para amador, hace una diferencia de lo que es una orden, costumbre o capricho, el primer concepto lo compara con la costumbre, debido a que su propia concepción tienen una cosa en común: parece que vienen de fuera, que se te imponen sin pedirte permiso. En cambio, los caprichos te salen de dentro, sin que nadie te los mande ni a nadie en principios quiera imitarlos. (p. 45).
Lo cual es importante guiar este conocimiento sin lesionar susceptibilidades, y fundamentándolo con el programa curricular, pues en ella se centra algunos elementos para el manejo del civismo.
El trabajo no es solo del docente, es de todos los que están involucrados en la formación del alumno, la familia, la escuela y la sociedad. Los obstáculos tal vez sean muchos pero ya comentaba Morín “que es necesario una educación para los obstáculos a la comprensión, de las ideas, de su visión del mundo, aunque estos estén en la incomprensión”. (Morín, 1999).
Derivado de todo lo anterior, es urgente que exista una comunicación oral permanente entre los sujetos en los diferentes ámbitos, (familia, pueblo, sociedad, etc.) para evitar incomprensiones. Reflexionar acerca de lo que se realiza y hace como persona, profesional, padre de familia en los distintos contextos.
Manejar con madurez el egocentrismo, etnocentrismo y sociocentrismo que alude Morín, efectuando una autoevaluación de las propias debilidades que tenemos y tener la capacidad de aceptar las equivocaciones para entender a los demás.
Asumamos nuestro compromiso de ser respetuosos, solidarios, equitativos, democráticos y sobre todo de ser personas para tener un futuro honesto en todo “Los desarrollos disciplinarios de las ciencias” (Morín, 1999) ello no permitirá plagiar, piratear o robar las ideas de otros, considero que tenemos la capacidad de hacerlo, solo es cuestión de querer y de hacer lo que nos corresponde, es necesario buscar la empatía intelectual para guiar al niño a desarrollar competencias sobre valores, para que tengamos un país diferente y con miras a un mundo de armonía y democrática.









BIBLIOGRAFÍA

Cardoso, S. (2006). ¿Y qué con la formación Ética y Cívica en la escuela? Revista Mexicana de Pedagogía, No. 89, p. 23-27. ISSN 3952044.

Morín, E. (1999). “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, Correo de la UNESCO.

Papalia, D., Wendkos, O. y Duskin F. (2004) Desarrollo humano. (9ª ed.). México. Editorial McGrawHill.

Sánchez A. (1999). Ética. México: Editorial Crítica Barcelona.

Savater, F. (1998). Ética para amador (Vigésimo octava reimpresión). México: Editorial Ariel.

Savater, F. (1997). El valor de educar. México. Editorial Instituto de estudios educativos y sindicales de América.

No hay comentarios: